En otoño de 1957 la vida transcurre apacible para la familia Whitaker: Cathy (Julianne Moore), Frank (Dennis Quaid) y sus hijos. Él es un importante ejecutivo de una empresa de electrodomésticos y ella es la perfecta ama de casa, la perfecta madre de familia, la perfecta vecina que organiza fiestas, el modelo sobre la que escribe la prensa local. Es tan ejemplar que una periodista se atrevió a escribir "Incluso es amable con los negros".
Ese mundo idílico se tambalea cuando una noche la policía detiene a Frank por conducir ebrio. Está claro que su embriaguez no es un episodio aislado. Frank bebe porque es un homosexual reprimido. Cuando Cathy descubre la verdad intenta ayudar a su marido; van al psiquiatra y Frank acepta someterse a tratamiento: "No voy a dejar que esto destruya mi vida y la de mi familia". Mientras tanto Cathy, que no puede hablar del tema con sus amigas, encuentra consuelo en la conversación con Raymond, su jardinero, un hombre de color.
La conducta de Cathy será violentamente reprimida por la presión social, tanto de blancos como de negros. También Frank, que lucha por superar su enfermedad, le reprocha su comportamiento. Cathy despedirá a Raymond, pero Frank no se sobrepondrá a su enfermedad, pedirá el divorcio y se marchará con su amante.
No es habitual desvelar todos los misterios de una historia al hacer la sinopsis, pero en ocasiones es necesario para entrar de lleno en los detalles más significativos.
