Un intento por repetir el éxito de una muy buena película, que como en otras ocasiones, no dio el resultado esperado. Comenzando porque cambió todo el elenco de la primera parte de Cruel Intentions (Sarah Michelle Gellar de Buffy, la ganadora del Óscar, Reese Witherspoon, y el bello Ryan Phillipe).Sinopsis: Dispuesto a comenzar una nueva vida, Sebastian Valmont (Robin Dunne), un brillante joven cuyo gusto por la anarquía amenaza con arruinar su futuro, acepta la oferta de su padre de mudarse junto a él y su nueva esposa y asistir a la prestigiosa secundaria Manchester.
Pero todo su oscuro pasado no puede prepararlo para los maquiavélicos planes de su hermanastra, Kathryn (Amy Adams), quien no se detendrá hasta conseguir lo que quiere: destruirlo.
Buscando un refugio al hostil hogar, Sebastian acaba por enamorarse de Danielle (Sarah Thompson), la dulce hija del director de la escuela. Sin embargo, una vez más, la verdad sale a flote: en los juegos sexuales, la única regla es no enamorarse.
Crítica: La película en general es entretenida, el problema es que repite completamente la fórmula de la primera y eso le resta importancia. El final es bastante interesante porque hace que te replantees todo lo que viste previamente. La escena de Sebastian con las gemelas en la ducha me pareció bastante oscura y suficientemente enferma como para ser idea del personaje que interpreta a su hermanastra.
Calificación: Fotografía (3), actuaciones (2), narración (2), general (3).
Características: Inglés con subtítulo en francés, portugués, español, mandarín, coreano, tailandés (opcionales)
- Bonus: trailers, los actores
