Gringos vs. finales felices

Este fin de semana recibí mi pedido de diez nuevas películas con temática lésbica que en los próximos días publicaré en esta página.

Luego de más de catorce horas frente al televisor llegué a la conclusión que para que una pareja de chicas aspire a permanecer junta hasta el The End, debe ser hindú, china, canadiense o japonesa, al menos según los estadounidenses e ingleses.

El hecho es que de esa decena de películas que vi, seis fueron estadounidenses o inglesas, y las seis tuvieron finales trágicos que fueron desde la chica suicida, pasando por la manipuladora farsante, hasta llegar a las del amor frustrado por la diferencia de edades.

Después de este análisis estadístico tan básico, me queda la pregunta: ¿por qué para que una producción con este tema aspire a tener algún éxito debe tener un final trágico?.

Debería empezar recordando que los estadounidenses siempre estuvieron a la vanguardia al tratarse de mostrar temas tabú a través de las pantallas grande y chica. Entonces ¿por qué después de décadas de hablar de ello, entre líneas unas veces y frontalmente otras, aún prefieren mostrar desenlaces tristes?.

No estoy refiriéndome únicamente a películas lésbicas, sino homosexuales en general, véase el ejemplo de Brokeback Mountain. Dos de las pocas excepciones a esta regla las pusieron Si las paredes hablaran 2, donde de las tres historias contadas, dos terminaron con sus protagonistas juntas; e Imagina tú y yo. En la primera de estas películas, la diferencia radicó en que los tres guiones que la componían fueron escritos por lesbianas, pero es de destacar que esta producción en la que estuvieron actrices muy famosas, como Sharon Stone (Bajos Instintos), Cloe Sevigny (Los chicos no lloran), Michelle Williams (Dawson´s Creek) y Ellen Degeneres (Ellen Show), nunca se proyectó en el cine, sino sólo en el canal HBO.

¿Será que la única forma de vender una película lésbica es conmover premeditadamente al público para que busque cierta identificación especial con los personajes?. ¿O simplemente no se considera la idea de que una relación lésbica tenga tantas posibilidades de supervivencia como una heterosexual?.

Pero luego se debe preguntar más bien, por qué las películas de otros países, incluyendo las latinoamericanas, sí se permiten terminar las historias con finales alentadores. Inclusive Bollywood (cine hindú, Bombay), con todas las limitaciones impuestas por la tradición de la India, fue más allá en Fire (Fuego), donde no sólo se trató de mujeres lesbianas, sino además con una amplia diferencia de edad y con un vínculo familiar no consanguíneo; y China, que también se ha mantenido conservador en este aspecto, se manifestó con Butterfly (Mariposa), aunque haya sido una coproducción con Canadá.

En todo caso, esperemos que en los próximos años, si es que la estrategia lastimera para la venta de películas les, funciona, podamos ver un cine que refleje con equidad y de forma interesante, las relaciones que se viven en el mundo L, y aún más, esperemos disfrutar nosotros mismos de esas películas, si es que para entonces no nos hemos acostumbrado a verlas tal y como aparecen ahora, a conformarnos sólo con una parte de la historia.